miércoles, 10 de marzo de 2010

St. Nothing's Day 2

Dicen que a quien madruga Dios le ayuda, pero no pueden decir lo mismo Pablo y Víctor. Se levantaron pronto el domingo para intentar coger un autobús temprano que les llevara a Dublín de nuevo e intentar aprovechar el máximo de tiempo posible allí. Resultó que cuando llegaron a la estación de autobuses se enteraron de que el primer autobús no salía hasta una hora y pico más tarde de lo que ellos pensaban, así que les tocó esperar un buen rato.

Para acrecentar su leyenda, Víctor llamó por teléfono porque no encontraba su billete de tren, el que ya había pagado y que le iba a llevar esa tarde de vuelta desde Dublín a Limerick. El billete apareció, estaba en una estantería de casa, pero ya no tenían tiempo de venir a por él y regresar a la parada antes de que llegara el autobús. Creo que la gracia fue buena, porque le tocó pagar bastante más para adquirir otro nuevo… ¡Yo no sé qué va a ser lo siguiente ya!

Silvia estuvo en casa hasta las 2. A esa hora cogió un autobús de vuelta a Limerick. Aine nos acercó en coche hasta la estación y después se quedó haciendo compras por el centro, así que yo aproveché y volví para casa dándome un paseo. Pasé otra vez por la calle donde aquél día me encontré a ese perro y ese gato tan salados, pero no estaban allí.


El resto del día fue un St. Nothing’s day again. Eso sí, con el sabor de boca del liderato que no se me fue en todo el día.

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