domingo, 21 de marzo de 2010

Con la flor en el culo

La probabilidad de encadenar dos días seguidos sin lluvia aquí en Irlanda es altamente improbable, eso se sabe aunque no vivas aquí, porque todos tenemos la imagen de Irlanda asociada a la lluvia y los días grises. Dicen que si no lloviera tanto no habría tanto verde aquí, está claro.


Pues bien, aunque parezca mentira, yo aún no he sacado el paraguas de la maleta. Habiendo cumplido ya un mes en tierras irlandesas, sólo he visto caer un par de gotas de lluvia, esto fue el día posterior a Saint Patrick’s, y cayeron sólo durante la jornada en el colegio. Los que viven aquí saben de lo inusual que es esto, pues están acostumbrados a ver caer lluvia durante días, semanas o meses sin apenas dar un respiro.

Cuando lo comenté a las dos semanas con el resto de profesores del staff, les hablé de mi flor en el culo, y aunque les hizo mucha gracia, no la tomaron muy en serio. Pasado un mes ya todos hablan de ella como un hecho real, tangible. La prueba definitiva para convencer a los incrédulos fue el día de Saint Patrick’s, que suele venir acompañado de lluvias año tras año y que, según las predicciones meteorológicas, este año tampoco se iba a librar de ella. Afortunadamente la lluvia aguantó todo el día, y sólo se mostró tímidamente al día siguiente.

Ahora todos me quieren aquí, no vaya a ser que me vaya ¡y empiece a llover a cántaros!.

Corrí la misma suerte el año pasado en Inglaterra, ya que no cayó ni pizca de agua cuando estuve Liverpool, ni cuando estuve en Manchester o en Londres.



La leyenda de mi flor en el culo sigue creciendo…

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