jueves, 25 de febrero de 2010

Getting to know Carlow

El día en el colegio transcurrió con toda normalidad. Las primeras horas las pasé supervisando a Joseph, un niño que le había estado causando problemas a una de las profesoras. Así que estuve la mayor parte del tiempo ayudándole y animándole a que hiciera bien su trabajo.

No encontré nada extraño en su comportamiento en todo el día. De hecho me pareció que era muy bueno conversando (me hizo varias preguntas que me dejaron muy impresionado, pues tan solo tiene 5 años). Por lo que pude ver es un chico muy pero que muy inteligente, pero para nada aplicado. Mientras el resto de los alumnos fueron con la profesora a su clase de PE (Physical Education), yo me quedé haciendo trabajo extra con Joseph a causa del mal comportamiento que había tenido el día anterior. Salvo que en un momento dado el tío evacuó sus gases en plena presencia mía con dos estruendosas ventosidades, cosa que tuve que ignorar para no satisfacer sus ganas de ser atendido, el resto del tiempo su comportamiento fue bastante digno y, una vez acabada su tarea, pudo volver con el resto de sus compañeros para disfrutar de la última parte de la clase de PE.

Por la tarde disfruté de un largo y agradable paseo por el centro de la ciudad de Carlow, en compañía de Aine y de los dos perritos, Bilbo y Frodo. Yo llevé a Bilbo (el negrito) y Aine a Frodo. De vez en cuando iba echando una mirada hacia atrás, no fuera a ser que nos estuviera siguiendo Gollum!

Hablando de mirar… Cada vez que cruzo la calle tengo que mirar cien veces a todos lados, porque mi cerebro aún no distingue por dónde acecha el peligro. De hecho en Dublín hasta miraba de vez en cuando hacia arriba, donde sobrevolaba una amenaza constante que todo el mundo ha sufrido al menos una vez en su vida: esto es, las gaviotas y sus contundentes cagadas.

Volviendo al paseo, Carlow es una ciudad preciosa, mucho más grande de lo que había imaginado. En el centro hay cantidad de bares y restaurantes. De pasada vi una de las dos catedrales que hay en la ciudad, una protestante para ser más precisos. Hay un par de ríos que atraviesan la ciudad. Por esta vez vi el más pequeño de ellos.

Durante esta semana, que tiene un nombre pero que no recuerdo y que se celebra una vez al año, los estudiantes dejan de asistir a las universidades para básicamente beber y beber, y pasar toda la semana borrachos. Vimos a varios de ellos durante el paseo.

Nos llovió un poco en la vuelta a casa, lluvia fina afortunadamente, así que cuando llegamos a casa Aine puso el fuego en el salón y entramos en calor pronto. Los perros agotados de la caminata se desplomaron delante del fuego y se quedaron dormidos, en una escena digna de haber sido retratada con la cámara. Lástima que no lo hice.

Tiene pinta de que hay muchas posibles cosas que hacer aquí y que 5 semanas no dan para ello…

1 comentario:

  1. Yo tambien he pensado mucho en Gollum leyendo esta entrada!!!! jajajjaa!!!! me encanta la foto del cementerio!!! es chulisima! yo aun no he visto ninguno!

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