Qué bueno es eso de sentirse de nuevo persona. Habiendo descansado bien y después de una ansiada ducha, me encontré con Chris en la cocina para desayunar. Al rato Maria y Harry también aparecieron por la cocina y cuál fue mi sorpresa cuando los tres me acompañaron en coche al lugar donde teníamos el meeting con la coordinadora.
Me repitieron mil veces el placer que era tenerme allí, les estoy muy agradecido, son gente de verdad encantadora, de las que hay muy muy pocas hoy en día. Tienen los tres un corazón que no les cabe dentro. Es una pena que vaya a verlos tan de vez en cuando… No sólo me llevaron en coche, sino que esperaron a que llegaran el resto de mi 'spanish crew' para saludarles y despedirse de mí justo en la puerta. Para el que le pueda interesar, Harry actúa en Madrid en Marzo, Maria y Christophe no estarán porque se van a Australia a la boda del hermano de Maria. Os recomiendo que os acerquéis al concierto, porque a parte de escuchar a un gran músico, os vais a reír un montón y os contagiaréis sin duda de la buena energía que transmite. Os dejo aquí el enlace: www.myspace.com/harrybirdsongs
El meeting estuvo cargado de tensión al principio, por algunos malentendidos que había habido con la coordinadora, pero luego cogió un tono más agradable. Después nos invitó a todos a comer en un sitio cercano, y nos pusimos las botas.
Fuimos después a la estación de autobuses y allí cogí el bus de las 16:00 hacia Carlow. Me senté en primerísima fila, para tener una vista panorámica frontal y lateral y así no perderme ni un solo detalle de los paisajes. Era una gozada ver las praderas tan verdes en contraste con algunas otras que aún conservaban nieve de la nevada anterior. La carretera era bastante mejor de lo que me había imaginado. La mayor parte del tiempo fuimos por autopista, y las comarcales son modernas. Creo que esas carreteras tienen un año tan solo de antigüedad. Vi muchos caballos y ovejas por el camino, y el autobús fue atravesando distintos pueblos, todos ellos preciosos. Lo disfruté como un enano. El conductor estuvo pendiente de avisarme cuando había llegado a Carlow, esto fue a las 17:35.
Gerard vino a recogerme a la estación de autobuses y me acercó hasta la que iba a ser mi casa. Él vive tan sólo 4 números (casas) más arriba.
La mujer con la que vivo se llama Anie, pero se pronunciaría algo así como ‘Onia’. Es un nombre gaélico, de la lengua que se habla aquí. Todos los carteles aquí están puestos en inglés y en gaélico, imagino para intentar que la lengua no caiga en desuso, aunque lo cierto es que por la calle jamás vas a oír a alguien hablar en esa lengua. Quizás en los pueblos más rurales lo hagan.
Mis ojos debían estar como platos cuando entré en la casa, es más, aún no me puedo creer que sea tan bonito la zona y la casa en la que vivo. Tengo mi propio baño y una habitación con cama de matrimonio para mí. La casa tiene vistas al vecindario, que son todo casas adosadas muy típicas de aquí y que tienen un encanto especial. Atención (para los profes) al detalle del cuarto de baño, que me encuentro de frente cada vez que voy a mear!
Tanto Aine como Gerard me han caído en gracia. Cuando Gerard fue a casa, Anie me invitó a cenar unos spaguettis, acompañado de un vino muy tico y con música de Javier Álvarez de fondo, un disco que le ha regalado su profesor de español de aquí, porque raro hubiera sido que hubiese sabido de Javier Álvarez si no.
Después de cenar me acercó al super, que está a solo 5 minutos andando, que en coche fue 1. Me hice con provisiones para unos cuantos días y volvimos a casa.
Entonces me llevé una grandísima alegría. Descubrí que tengo un par de hermanitos, bastante peludos, y aunque se llaman Bilbo y Frodo, no son Hobbits, sino perros. Entre ellos son hermanos, aunque uno es completamente blanco y el otro es completamente negro. Menuda fiesta tuvo que tener la madre aquél día…
Me esperaba Gerard al día siguiente a las 9 menos cuarto para ir juntos al colegio…
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